viernes, 21 de octubre de 2011

Últimas Noticias EL TLC con EE. UU.: ¿para quién es bueno?, ¿para quién es malo?

Últimas Noticias EL TLC con EE. UU.: ¿para quién es bueno?, ¿para quién es malo?

Por: MARÍA ISABEL RUEDA |

Según Carrasquilla, el mercado laboral tiene una enfermedad grave y sólo se discutió un escalofrío.
Alberto Carrasquilla cree que los jóvenes y consumidores son los grandes ganadores. Entrevista.

Como Minhacienda del gobierno Uribe, usted pedaleó mucho el TLC. ¿Por qué cree que solo se pudo firmar hasta ahora, bajo el gobierno Santos?
Gajes del oficio. Fueron más factores inherentes a Estados Unidos que a Colombia, que no permitieron que se firmara en esa época. Pero me gustó mucho que cuando el presidente Santos anunció la firma del tratado le dio crédito al presidente Uribe y al presidente Bush, bajo cuyos gobiernos se concretaron las negociaciones del TLC.
Me impactó que el ministro Restrepo, un hombre serio, haya dejado ver sus temores con respecto al TLC. Cree que el campo colombiano no está preparado para la competencia. ¿Usted los comparte?
No. La discusión comenzó hace mucho tiempo, el tratado tiene consideraciones sobre la gradualidad de la desaparición de los aranceles, y se hizo un trabajo muy juicioso por muchos años.
Se mencionan dos sectores como perdedores. Uno es el de los lecheros. ¿Se quedaron llorando sobre la leche derramada y les cogió la noche?
Sin duda, les cogió la noche. Habrá unos efectos negativos en el sector, pero hay que decirlo: se demoraron en hacer ajustes.
¿Los arroceros tienen razón en estar también tan quejosos?
Pues la industria arrocera sí ha ganado en competitividad de una manera importante. De pronto no todavía lo suficiente como para pensar que son competitivos contra los arroceros de EE. UU.
¿Cómo se puede proteger a esos productores?
La desgravación de sus productos será muy gradual y los negociadores del tratado sin duda tuvieron en cuenta sus circunstancias. Tienen tiempo para perfeccionar los mecanismos competitivos.
Pero si uno fuera arrocero, qué hace: ¿dejar de cultivar arroz?
Es cuestión de tecnificación. Ellos tienen estudios que demuestran la competitividad que el sector ha ganado en los últimos años, es impresionante, y esa tendencia es la que hay que continuar.
Así como decimos que puede haber perdedores, ¿quiénes son los ganadores?
Empecemos por los consumidores de leche y de arroz. Porque si es cierto que estos sectores pierden competitividad porque baja el precio, los primeros beneficiarios son los consumidores.
Buen punto. ¿O sea que dentro de los ganadores con la firma del TLC figuramos muy arriba los consumidores?
La contrapartida serán precios más baratos. Pero obviamente tienen un lobby más fuerte los productores que pierden que los consumidores que ganan. No oye uno a los consumidores diciendo: ¡qué maravilla que haya libre comercio!, pero en cambio sí se oye al productor quejándose de la competencia. Abrir el comercio internacional tiene efectos muy positivos por la vía de efectos al consumidor.
Le confieso que me produjo gran sorpresa la lista de bienes que se supone vamos a exportar libres de arancel. ¡Me parecieron poquísimos!
Eso es lo interesante de un tratado como este. Que hacia el futuro no alcanza la imaginación para calcular hasta dónde podrá llegar. Todos los estudios sobre el impacto ponen un párrafo que dice: "lo anterior no tiene en cuenta el desarrollo de nuevos productos de exportación". Parte esencial de la competitividad es descubrir sectores, y nadie está en capacidad de calcular en cinco años qué se le va a ocurrir a un colombiano que hoy tiene 22 años.
¿O sea que el TLC tiene más futuro que presente?
Sin lugar a dudas.
¿Las próximas generaciones de colombianos encontrarán el camino despejado?
Indudablemente. El TLC tiene veinte y pico de capítulos. No solo es el listado de los aranceles, sino unas reglas de juego básicas que sin duda van a beneficiar a ese joven de 22 años.
¿Cómo en qué temas?
Ese joven de 22 años encontrará garantías sobre estabilidad en las reglas del juego, claridad sobre temas de transparencia en inversión, definiciones sobre prácticas de competencia, sobre derechos de autor. Todos esos temas nos obligan a hacer unas reflexiones muy importantes que van mucho más allá de los aranceles, y que el tratado nos pone sobre la mesa.
¿Cómo podemos competir contra el alto grado de proteccionismo agrícola?
Eso es viejo. La economía como objeto de reflexión sistemática empieza con esa discusión acerca del proteccionismo. Hay gente que piensa que la protección y los subsidios son el camino hacia la prosperidad y hay gente que dice que por ahí no es el progreso. Esa discusión la tenemos perdida.
¿O sea?
Los subsidios que otorgan ciertos países existen y van a existir y no nos deben asustar, porque son una inevitabilidad.
Pero ese desequilibrio es una de las razones por las cuales la izquierda colombiana está furiosa con el TLC. ¿Esos temores son válidos?
No. No he visto un solo argumento técnico serio en contra del comercio internacional en general, ni un argumento técnico sólido en contra de los TLC en particular. En la Organización Mundial del Comercio hay más de 150 países. El país promedio ha firmado 13 TLC. El país está por debajo de ese promedio. Desconocer que parte de la dinámica internacional del comercio futuro son los TLC, es desconocer la historia.
¿Cree que los tratados de libre comercio trazan la raya entre el capitalismo y el socialismo?
No. Me parece exótica esa raya. Ya expliqué cómo cada uno de los más de 150 países que integran la OMC han firmado en promedio 13 tratados por país, y ahí hay todo tipo de países. Socialistas, capitalistas.... Todo el mundo está firmando tratados de libre comercio a granel.
¿Entonces por qué la izquierda no quiere soltar amarras hacia el comercio internacional?
No he escuchado temores fundados. Los argumentos de la izquierda se basan en que la globalización es mala y al TLC lo ven como una modalidad de esta. Pero apartarse de la tendencia mundial cuando un país como Colombia genera el 1 por ciento del comercio mundial, lo cual equivale a aislarse del otro 99, es una posición muy exótica.
¿Cómo les ha ido a los países que han tenido TLC con EE.UU.? México, Chile, Perú?
Según los analistas, los efectos han sido positivos, aunque hay observaciones. Un TLC incluye dos conceptos: liberalización y preferencia. Las preferencias son malas. El efecto bueno de la liberalización tiene una compensación por el lado del efecto sobre el comercio con terceros países. Ese cruce de un efecto sistemáticamente positivo y uno negativo, según los estudios serios da, que el balance es bueno para estos tres países, pero siempre habrá alguien que diga que si no los hubieran firmado, les habría ido mejor. Y ese argumento no hay cómo discutirlo, porque es indemostrable.
Con la mano en el corazón: ¿habría sido muy grave que tampoco esta vez hubiéramos logrado firmar el TLC?
Gravísimo. Y la única frase que se me ocurre es que más vale tarde que nunca.
Pero alguien podrá decir: el TLC con EE. UU. se demoró cinco años, y el país no se acabó...
Estoy de acuerdo. La pregunta es: ¿que habría pasado en los siguientes cinco?
El presidente Santos anunció 250 mil empleos. ¿Será tan fácil? ¿Tan rápido?
No creo que sea tan rápido. Pero es razonable pensar que nuestro mercado laboral, que tiene 18 millones de personas trabajando, se puede aumentar en 250 mil.
¿Las exigencias con respecto al fortalecimiento del sindicalismo y a los límites a las cooperativas de trabajo asociado se justificaban?
Nuestro mercado laboral tiene una enfermedad muy grave, y en el contexto de esa enfermedad tiene un resfrío que pueden ser algunos derechos sindicales vulnerados, etc. Aquí no se discutió la enfermedad, sino el escalofrío. No se analizó el fenómeno del trabajo informal frente al formal. Y el trabajo sindicalizado es una parte ínfima del empleo formal.
A partir de la firma del TLC, ¿qué va a pasar con el dólar?
El dólar está en la batalla de cuál es el enano más grande del circo. Hay días en que Europa es un enano más grande, y otros EE.UU. Cuando hay esperanzas de que Europa salga más rápido que EE.UU., el dólar se debilita y se aprecia el peso colombiano. Y al revés: cuando EE.UU. da muestras de que está mejor, el dólar se fortalece y se devalúa el peso. Si uno hace una gráfica euro-dólar contra peso-dólar, es como un espejo el uno del otro.
¿El TLC traerá automáticamente inversión gringa en Colombia?
Los trabajos que conocí daban un incremento del 20 o 30 por ciento en la inversión de los EE.UU. en Colombia.
Los economistas se dividen en dos: los que están muy preocupados de que la crisis mundial afecte el país, y los que creen que estamos más o menos blindados. ¿Usted de qué bando es?
Estoy en el bando de los preocupados. En el extremo de los mas preocupados. Y creo que los que no están preocupados no es que no lo estén, sino que no pueden decir lo preocupados que están.
¿Ahí matricularía al Ministro de Hacienda?
Sí. Él no puede salir a decir que esto va a colapsar, pero estoy seguro de que el tema lo trasnocha.
¿O sea que cree que el Ministro de Hacienda se está trasnochando mucho?
Si yo fuera él, me estaría trasnochando mucho.
Finalmente: el presidente Santos dijo que el TLC era posiblemente el tratado más importante que ha firmado el país en su historia. ¿Esto es exagerado, o cierto?
Exagerado, pero bonita la frase.

viernes, 14 de octubre de 2011

El lío de los bonos de carbono ¿Avionada o negocio verde?

El lío de los bonos de carbono
¿Avionada o negocio verde?
Por: Pablo Correa
En cinco años la empresa CI Progress logró contratos con comunidades indígenas y afrocolombianas para desarrollar proyectos de captura de carbono en 38 millones de hectáreas. Su gerente dice que es legal. Los opositores, que actuaron de mala fe.


Hace apenas 10 años era difícil pensar que alguien, en algún lugar del mundo, estaría dispuesto a pagar a otra persona por no tumbar un bosque. Sacar provecho de un ecosistema boscoso, casi siempre significaba venderlo en forma de madera o reemplazarlo por un cultivo rentable.

Las cosas, sin embargo, comenzaron a dar un giro ante la amenaza del cambio climático. Capturar parte de las 30.600 millones de toneladas de CO2 que los humanos lanzamos a la atmósfera cada año, principal causa del calentamiento del planeta, se ha convertido en una necesidad imperiosa y también en un negocio prometedor. Tanto, que las empresas de tecnología están inmersas en una carrera por desarrollar máquinas capaces de capturar el carbono de la atmósfera y almacenarlo. Saben que eso sería una mina de oro. Sin embargo, las únicas “máquinas” eficientes para cumplir con esa tarea por ahora siguen siendo los árboles, que en su proceso de fotosíntesis atrapan carbono y liberan oxígeno. Los bosques ahora son vistos con otros ojos.

Fernando Agudelo, vicepresidente corporativo de la empresa CI Progress, cuenta que en 2006, en el posgrado de análisis financiero de la Universidad del Valle, Luis Ignacio Gil les propuso a sus alumnos explorar “nuevos mercados”. En la lluvia de ideas surgió la de participar en los nacientes mercados de carbono.

“No tenían conocimiento de nada. Pero en algún momento les dijeron que el cuento era evitar la tala de bosques. Entonces había que conseguir los poderes de los dueños de las tierras para hacer proyectos”, cuenta hoy Agudelo en su oficina, ubicada en una amplia casa blanca en el norte de Bogotá.

Gil se puso al frente del proyecto y pronto descubrió que los grandes dueños de los bosques en Colombia eran las comunidades indígenas y las comunidades afrocolombianas. Gracias a una política progresista, desde los años 80, unos 30 millones de hectáreas de bosques están en manos de las primeras y otros cinco millones son propiedad de las segundas. Además, por ley se declaró que eran tierras imprescriptibles, inembargables e intransferibles.

Buscar esos poderes resultó un asunto costoso. Era necesario traer y llevar indígenas y líderes de comunidades afro desde Guainía, Vichada, Putumayo, Chocó, Caquetá y Amazonas hasta Cali para que firmaran en una notaría los documentos. A la vuelta de cinco años, el objetivo parecía cumplido: tenían en sus manos poderes sobre 38 millones de hectáreas de bosques en el país. En otras palabras, quien quiera negociar en Colombia tendrá que entenderse con CI Progress. Al menos eso asegura Agudelo. Más de cinco millones de dólares se han invertido en esta y otras tareas, como asesorías legales, asesorías técnicas, promoción, talleres informativos e incluso en la expansión del negocio a Panamá, Ecuador y Perú, sin perder de vista a Guatemala y Costa Rica. La mayoría son inversionistas locales, pero también han llegado de otros países.

El proyecto, que comenzó de una forma un tanto desorganizada, en 2008 obligó a Gil y a sus socios a constituir una empresa formalmente. Crearon CI Progress, que desde entonces se presenta como una compañía “que se especializa en la generación de créditos de compensación de carbono para el mercado voluntario”. La semana pasada, uno de los estands más grandes en el foro latinoamericano sobre bonos de carbono en Costa Rica era el de CI Progress.

La apuesta de la empresa es que maduren los mercados voluntarios de carbono. En el mundo existen dos esquemas para negociar carbono: el mercado regulado, que es controlado bajo el Protocolo de Kyoto, y los mercados voluntarios. Como parte de estos últimos ha surgido el mecanismo REDD (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques), en el que se paga una suma de dinero a aquellos proyectos que demuestren que están frenando la deforestación.

Hernando Castro, vocero del Comité Regional Indígena de Araracuara, reconoce que firmaron unos “acuerdos” con CI Progress “para obtener beneficios de los bienes y servicios de los bosques”. “Nosotros decimos qué se va hacer en nuestro territorio. Es un acuerdo de voluntades. Todos estamos de acuerdo en que se haga. En esta tierra tan lejana donde el gobierno no invierte nada, esto es una oportunidad para nosotros”, responde.

Aparecen los problemas

Pero no todos piensan como él. En los últimos años al Ministerio de Medio Ambiente han llegado un buen número de quejas. Las suficientes para que el pasado 24 de mayo de 2011 el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, así como el Ministerio del Interior y Justicia, emitieran conjuntamente un comunicado a la opinión pública para alertar por la presencia de organizaciones “que dicen comprar oxígeno u ofrecer incentivos financieros por la captura de CO2 bajo mecanismos inexistentes, a dueños de predios con bosques, rastrojos o praderas”.

Adriana Lagos, asesora del Ministerio, apuntó que “en Colombia hay una gran gama de cosas irregulares en esta materia”. Se refiere a los que descaradamente han ido predio por predio prometiendo comprar “oxígeno”, lo cual es una verdadera estafa, hasta empresas que detrás de un lenguaje más sofisticado están aprovechando el desconocimiento de muchas comunidades frente al tema.

Funcionarios del Ministerio han tenido que viajar a explicar a las comunidades qué es y qué no es posible dentro de estos nacientes mercados de carbono. Y por supuesto, recordar a todo el mundo que sin una consulta previa, ninguna decisión ni contrato que afecte a las comunidades es válido.

¿Legal o ilegal?

Christian Dannecker, representante en Colombia de South Pole Carbon, una consultora internacional en estos temas y quien hace tres meses fue contactado por CI Progress para que revisara sus procedimientos, cree que “sí tienen la capacidad técnica y financiera para implementar los proyectos prometidos. Yo conocí el equipo en Cali, un grupo de mas que 15 personas con biólogos, sociólogos, geomáticos”. Y añade: “si creyéramos que son tramposos no les hubiéramos ofrecidos nuestros servicios”.

Para el Ministerio del Medio Ambiente, sin embargo, resulta inapropiado que toda la documentación radicada sea inexacta y confusa, no tengan ni un solo proyecto real en marcha y se esté actuando sin haber realizado una consulta previa con las comunidades.

Roberto León Gómez, subdirector de desarrollo rural de la Fundación Natura y coordinador de un proyecto para crear el primer mercado de bonos de carbono en Colombia, que cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, explica que “los intermediarios en la elaboración de proyectos para generación de bonos de carbono en las comunidades no son necesarios”.

“Por lo general, a las empresas que brindan asesoría técnica no les interesa quedarse con los bosque de nadie. Ellas simplemente descuentan una parte de pagos que se generen en el futuro”. En los contratos firmados por CI Progress, el 50% del dinero que se genere queda en manos de la empresa y el otro 50% se destina para proyectos de las comunidades.

Fernando Agudelo, vicepresidente de CI Progress, dice que están dispuestos a que se revisen todas las actuaciones de la empresa. Culpan al gobierno de no haber sido claro en la reglamentación de los proyectos REDD en Colombia. Cuenta que los poderes que firmaron con las comunidades inicialmente fueron reemplazados por “contratos de mandato”, que les ofrecen más seguridad jurídica mientras se concretan las consultas previas.

Lo cierto por ahora es que se avecina una larga pelea jurídica, porque como están las cosas, en Colombia no se podrá mover una hoja de los bosques sin consulta previa con los indígenas y las comunidades afro, pero tampoco sin aclarar los negocios de CI Progress.

jueves, 6 de octubre de 2011

AGUA PARA EL FUTURO

jueves 6 de octubre de 2011
AGUA PARA EL FUTURO
Por: Luis Fernando Orozco Gutiérrez

En la presente coyuntura política, existe un tema de fundamental importancia, para tener presente en las propuestas de gobierno de los distintos candidatos y corresponde al suministro de agua para nuestros acueductos, para los próximos 25 años.

Tuve la oportunidad de mostrarle a nuestro candidato a la alcaldía de Miranda, señor Walter Zúñiga Barona, el sitio ideal para el desarrollo de un proyecto que contenga una presa en el río Desbaratado.

La construcción de un embalse en el rio, se convierte en una oportunidad que no podemos despreciar y los siguientes argumentos hablan de por sí, de la necesidad del proyecto:

1.-La presa nos dará agua continuamente, hacia el futuro, sin tener que recurrir a la odiosa tarea de quitar el agua para lavar los tanques desarenadores y otros.

2.-El agua contenida en el embalse servirá igualmente para suministrarla para los sembrados de caña y en general para todo tipo de desarrollo agrícola en la zona de servicio.

3.-El área del embalse servirá para introducir proyectos productivos, como el de peces en cautiverio.

4.-Producir energía, mediante la instalación de sistemas de caída de aguas.

5.-Turismo, uno de los renglones de importancia seria una zona turística, alrededor del embalse que sirva para establecimiento de una “marina” con sus respectivos botes, restaurantes, cabañas, y la posibilidad de desarrollar programas de viviendas campestres.

6.-No tendríamos que construir reservorios y la bocatoma en construcción (abandonada), ya no la requerimos, pues desde la presa solucionamos todos los problemas.

7.-Controlaríamos las crecientes de aguas, ya que desde la presa podemos medir el caudal que requerimos y así evitamos las grandes avenidas que han ocasionados severos daños a las gentes y sus propiedades afluentes al rio.

8.-Vigilancia y control de las cuencas hidrográficas del rio.

El embalse necesariamente requiere de un estudio ambiental y de ingeniería, que es lo que debemos iniciar, lo más pronto posible, pues la complejidad de este tipo de proyectos, debe contar como primer insumo -el tiempo-.

El tipo de presa a construir en el embalse del rio Desbaratado de acuerdo con la geología regional, estructural, la sísmica de la región y la disponibilidad de materiales encontrados en el área del proyecto y que a su vez le generan confianza y garantía a la comunidad.

Una presa que embalse de 100.000 M3 o de capacidades mayores, ubicada a continuación aguas arriba, de las actuales instalaciones de los tanques desarenadores, nos da un ancho aproximado de 200 ml y posiblemente una elevación de la presa de más o menos 20 ml y una longitud de embalse de 100 a 200 mts.

He aquí un proyecto que cuenta con el aval del candidato a la Alcaldía, Walter Zúñiga Barona y se convierte en una urgencia para el suministro de agua potable para el futuro del municipio y por siempre.

Miranda para su desarrollo requiere, es de proyectos como el presentado aquí, que nos resuelve el problema del agua por siempre y nos produce además otros tipos alterno de posibilidades, principalmente en la creación de fuentes de trabajo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

EL SENA PARA NUESTRA AGRICULTURA

Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Colombiano
leodequevedom@gmail.com

El discurso de las locomotoras y la prosperidad, de la inversión social no ha hecho énfasis en la mejoría de nuestro sector agrícola. Somos un país de sombrero y ruana.”Y nadie lo puede negar”, como dice el tango. Somos un pobre de tierras fértiles, de tierras desocupadas por falta de apoyo al hombre que se levanta mirando a la tierra y quemando su espalda al sol mientras abre surcos de dolor y papas, mientras ara con bueyes y callos en sus manos.

Ahora que se presenta un proyecto de ley sobre la reforma a la educación superior, veremos si entre tanto artículo se coló un mico que hable sobre ayuda para tecnificar nuestros campos. Sería un auténtico mastodonte entre tanto lugar común y tanta alharaca. Nuestros gobiernos o desgobiernos, se han olvidado que la yuca, las frutas, la batata, los fríjoles, la papa, la alverja o arveja, se cultiva, se recoge en su mayoría manualmente en Colombia. Que la economía se hace no solo sentado en una curul, en una oficina o en un palacio, sino en la lejanía de las veredas, los corregimientos, los montes, junto a quebradas y cuencas.

¿Quién ha ayudado a los padres y madres de familia a educarse junto a sus eras, a ponerse al día en técnicas de siembra, mejora de tierras, refresco de la misma con cultivos alternativos? Quién le enseña a echar cuentas y ver su futuro y el de sus hijos, a mejorar su vivienda, a asociarse para fortalecer su economía casera y acceder a préstamos? ¿Quién se le pone a su lado para mostrarle senderos de progreso, de bienestar y seguridad social, los beneficios de tener Sisbén, de cotizar para pensión? ¿Acaso no merecerá ese Sector secularmente aislado y olvidado subsidios por dos o tres años libres de pago, como se hace con ancianos, desplazados, facinerosos que se entreguen?

Esos pacientes habitantes del agro merecen una ayuda, una inversión que nunca han gozado. Y esa inversión es que como Mahoma, vaya el Sena al pie de su casa y los ayuden a agruparse, a conocer la bondad de la unión para salir adelante, para acceder a préstamos blandos, a capacitarse en manejo de maquinarias y tecnologías propias del trabajo rural. Tal como se ve en España, en Francia, en Holanda, por ejemplo. ¿Hasta cuándo entenderá el gobierno que no solo explotando carbón o buscando oro y petróleo se enriquecerá el hombre y el país?

Pareciera que al gobierno solo le interesara lo que hay debajo de la tierra y no le importara lo que puede producir el agro. Que le interesara solo lo que vienen a destruir los canadienses, los brasileros, los ingleses, los extranjeros y mostrar luego el fabuloso incremento de la balanza comercial por la “inversión” que ellos hacen en lagunas, montes, selva, causando erosión y contaminación en ríos y montañas. Parecería que eso no les importara a Ministros de Agricultura, de Comercio Exterior, de Hacienda, de Educación, de Ambiente, de Minas y Energía.

No sabemos qué planes de extensión in situ tiene el SENA cerca de veredas, junto a las casuchas de labradores y sembradores curtidos en sus manos y pies sin alpargatas. Que no “ofrezcan” planes a los campesinos en la ciudad, lejos de su entorno y de sus parcelas. Que se unten de campesino, de tierra, que reconozcan de su sudor, pobreza y de su descuido la gente de arriba, como llamaba Azuela en su libro “Los de abajo” a los gerentes y “dueños” de los bienes que son del pueblo.

Estamos cansados de oír que el Sena ofrece metalistería, hotelería, mecánica, que capacita para la empresa privada para la gente urbana y para las empresas que tienen plata. Hay una gran división entre ciudad y campo. Hay discriminación a favor de la “gran” ciudad y desprecio por la gente desaliñada del campo. Poco son 20 años de olvido, como dice Juan Camilo Restrepo*. El Desarrollo humano no ha existido para los campesinos.