martes, 30 de agosto de 2011

Finca Tradicional, la revolución silenciosa del Campo Caucano

Finca Tradicional, la revolución silenciosa del Campo Caucano

Luís Barrera

Siempre se ha dicho que Dios hizo el campo y el hombre la ciudad. Y que no son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.

Hay un fenómeno que está pasando casi desapercibido para la mayoría de los caucanos y es la verdadera “revolución silenciosa” que se viene gestando en los programas y acciones tanto del Estado como del sector privado y la cooperación internacional a favor de recuperar la llamada “Finca tradicional”.

En el actual contexto regional nortecaucano se han abierto escenarios para discutir desprevenidamente el impacto en la zona acerca del debate internacional sobre la agricultura y la alimentación que se encuentra polarizado, debido fundamentalmente a la profunda crisis que amenaza de muerte por hambre, desnutrición y enfermedades a millones de seres humanos en todo el planeta.

Por un lado están quienes en su ánimo egoísta, codicioso y mercantil han utilizado innumerables formas de mantener a todo costo y riesgo sus ansias de dominación y esclavitud moderna, llevando a cabo políticas y acciones capaces de poner en peligro el hábitat de la especie humana, que han juntado su poderío en la creación de un orden económico letal, agravado hoy por la globalización neoliberal para hacer más prósperos los negocios de las grandes transnacionales.

Y por el otro lado, sobreviven millones de personas que padecen cada una de estas políticas y acciones en las que se encuentran las organizaciones de medianos y pequeños agricultores, de trabajadores agrícolas, mujeres, comunidades indígenas y negras del Cauca y Colombia, que se organizaron en la vía campesina con el propósito de aunar voces y exigir acciones por parte de los gobiernos contra quienes a lo largo de la historia les han desplazado de sus tierras y hogares, y hoy como ayer, pretenden asfixiarlos con los mecanismos económicos y formas tecnológicas impuestas a sus comunidades y pueblos.

Por ello, es importante resaltar el trabajo acucioso de todas las organizaciones e instituciones defensoras de los derechos a trabajar la tierra, producir y difundir un sistema de agricultura que permita la preservación del medio ambiente, la factibilidad económica y la sostenibilidad social.

Complace de manera especial y son muy plausibles sin prejuicios, las tareas de quienes vienen defendiendo sus derechos, y lo hacen preocupados seriamente por las consecuencias de la aplicación de métodos que han facilitado desde hace varias décadas el deterioro del medio ambiente y donde la agricultura intensiva industrial también ha contribuido en el aumento de los problemas de erosión, contaminación, disminución de la masa orgánica y salinización de los suelos.

Pero el gran salto hacia el futuro no da el cuestionamiento conceptual a esta verdad histórica de los pueblos nortecaucanos, sino la lucha concertada de quienes vienen con la tesis de la finca tradicional exigiendo mayores acciones concertadas en la región que busquen un desarrollo sostenible que satisfaga las necesidades del presente y el futuro de estas comunidades, comprometiendo el ordenamiento y conservación de la base de los recursos naturales y la orientación del campo tecnológico que propicie el cuidado del entorno natural, la biodiversidad, la viabilidad económica y la sostenibilidad social.

Por ello, es grato destacar programas y acciones como las de Vallenpaz, que vienen buscando la protección de los productores agrícolas, los pueblos indígenas y comunidades negras, cuidando sus valores culturales y humanos, que son los recursos humanos básicos para producir. Sin mujeres y hombres en el campo no existe agricultura.

Encomiables tareas las de organizaciones de campesinos y agricultores, de negros e indígenas que pelean a brazo torcido incluso en medio de sus diferencias por la igualdad de verdaderas oportunidades para producir alimentos teniendo asegurado créditos financieros e insumos y comercializar con precios justos y estables, y con seguridad en la tenencia de la tierra para quienes la trabajan con sus manos.

La agricultura debe defender la calidad de la vida. Y es por eso que el rescate de la finca tradicional y la organización de los campesinos y pequeños agricultores del Norte del Cauca es una verdadera “revolución” porque tienen también como finalidad obtener mayor rendimiento por unidad de área en forma sostenible, además de persuadir a los consumidores sobre la necesidad de consumir alimentos sanos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Colombia está preparada para la segunda ola invernal?

¿Colombia está preparada para la segunda ola invernal?
Las CAR opinan

Según el IDEAM se prevé que entre septiembre y diciembre de 2011 se presente la segunda temporada de lluvias, que podrían superar los valores medios de la época. Las autoridades ambientales regionales advierten que el país aún no ha superado los estragos del primer ciclo invernal. Las CAR, señaladas por la falta de planes de contingencia ante la pasada ola invernal, responden si estamos o no preparados para enfrentar los embates ambientales que se avecinan.

http://www.saludaldia.info/
“Colombia está mejor preparada para enfrentar la siguiente ola invernal, en comparación con la temporada de lluvias del 2010 y primer semestre del 2011 y las CAR han venido trabajando en coordinación con el Gobierno Nacional, por intermedio del Viceministerio de Ambiente y con los Entes Territoriales, en la ejecución de obras de mitigación sobre los efectos de la pasada ola invernal y atención y prevención de nuevas afectaciones. Pero lo que no podemos asegurar, es que no se puedan presentar nuevamente fuertes impactos, porque el principal instrumento para minimizar estragos frente a una nueva ola invernal, es abordar como principal medida de adaptación al cambio climático, un adecuado ordenamiento territorial y en ese aspecto hasta ahora estamos dando los primeros pasos”, sostiene Ramón Leal Leal, director ejecutivo de la Asociación de Corporaciones Autónomas y de Desarrollo Sostenible, ASOCARS.

Las Corporaciones Autónomas Regionales formularon Planes de Acción para la Atención de la Emergencia, PAAEME, de la pasada ola invernal, por un valor aproximado a los 854 mil millones, de los cuales 268 mil son recursos propios de las CAR. Con base en estos planes, las CAR presentaron proyectos específicos al Fondo Nacional de Calamidades, FNC, de los cuales 82 fueron aprobados, por un valor aproximado de 248 mil millones de pesos.

Actualmente, las corporaciones se encuentran ejecutando los proyectos aprobados por el FNC, que en su gran mayoría cumplen con el doble propósito de mitigar los efectos de la pasada ola invernal y prevenir los impactos de la próxima. Dentro del tipo de obras que se ejecutan se pueden resaltar las relacionadas con control de inundaciones, tanto en áreas que fueron afectadas, como en áreas que no lo han sido, pero que están en riesgo inminente; obras de estabilización y limpieza, para prevención de la obstrucción del flujo normal de los drenajes y mejorar la regulación hídrica, obras de estabilización de taludes, con obras de infraestructura y de bioingenieria, entre otras.

En coordinación con los CREPAD y CLOPAD, las CAR desarrollan planes específicos zonales de contingencia para prevenir nuevos estragos durante la próxima temporada invernal, y adelantan proyectos de diagnóstico, mitigación y ordenamiento de cuencas hidrográficas, entre otros.

“Es muy importante que el país entienda que la responsabilidad frente a la prevención y atención no es exclusiva de las CAR, que en Colombia existe un Sistema de Atención y Prevención de Desastres, conformado por diferentes entidades del orden nacional y regional y que en éste las Corporaciones tiene un papel más en calidad de asistencia y asesoría, pero que las principales acciones deben estar en cabeza de los CREPAD y CLOPAD. Apenas se está dando curso al proyecto de Ley (50 de 2011 - Cámara) que actualizará éste sistema por lo que debemos conocer y atenernos a lo que existe hoy en el ordenamiento jurídico”, puntualizó Leal.
Sin votos

domingo, 14 de agosto de 2011

América: Paraísos en peligro de extinción

América: Paraísos en peligro de extinción
Por Rafael Peñaloza Montilla / ANCA24

Santa Rosa de Agua, ubicado a la orilla del Lago de Maracaibo, en el occidente de Venezuela, se levanta una extraordinaria comunidad costera de pescadores, llamada Santa Rosa de Agua. Último paraíso donde investigadores, estudiantes universitarios y turistas se deleitan con la maravillosa biodiversidad que se encuentra en el único bosque de Manglar que sobrevive en esa región Venezolana.

Una gran extensión de manglares se encuentra en este refugio forestal, donde los pobladores se han convertido en los grandes pescadores del Lago de Maracaibo. Los caños que circundan sus calles y caminos, le dan una identidad única a esta localidad maracaibera.


Pero esta belleza se encuentra amenazada por el gran problema ambiental del planeta, la contaminación por plástico. Años atrás, en el 2009, Azul Ambientalistas, a través de su espacio de denuncia “Atención Ambiental”, dio a conocer esta situación sin haber sido escuchado. Las consecuencias de esto son graves, ya que los distintos caños que circundan a este ecosistema van mermando, disminuyendo considerablemente los bosques de manglar que aquí se encuentran.

A esto le tenemos que agregar otro problema recurrente y que al parecer no tiene solución alguna, es la aparición de la “Lemna SP” o “Lenteja de Agua”. Esta es una serie de flores acuáticas que se reproducen a un ritmo muy acelerado y es capaz de absorber todo tipo de nutrientes. Gracias a la gran cantidad de contaminantes la que existe en el Lago de Maracaibo pueden considerarse como “obesas” por el gran tamaño que presentan, trayendo graves consecuencias al equilibrio ambiental del estuario.

Gracias a que las corrientes del Lago de Maracaibo llegan a Santa Rosa de Agua, cada vez que aparece la Lemna, toda la costa de esta población se ve “adornada” por una gran alfombra verde. Esto genera una acumulación de la misma en grandes cantidades y descompuestas, impidiendo el normal desarrollo de los procesos biológicos.

A pesar del gran trabajo que hay que hacer en este reservorio forestal, siempre existen personas y organizaciones que buscan construir un mundo mejor. Ese es el caso del Centro de Educación Popular “Jesús Rosario Ortega”, quienes se han organizado y establecieron un Centro de Acopio, donde los pobladores pueden depositar los distintos desechos de plástico, vidrio y papel para así disminuir la cantidad de residuos sólidos en la comunidad. Y además han organizado una serie de brigadas y eventos para solventar el problema de la Lemna. Pero este esfuerzo, aunque muy necesario, no es suficiente.


Jornada del Día Mundial de las Playas 2010, realizada en Santa Rosa de Agua

A pesar de que Santa Rosa de Agua fue declarada un Área Bajo Régimen de Administración Especial (mejor conocida por sus siglas ABRAE), por ser una zona boscosa que debe estar bajo protección, ninguna autoridad ambiental se ha abocado a solventar sus problemas. Si los organismos gubernamentales, en alianza con la comunidad, no se dedican a salvar a este maravilloso ecosistema, podríamos en un futuro presenciar la muerte del último reducto maracaibero del manglar.

sábado, 6 de agosto de 2011

Venezuela, Dióxido de Carbono a granel

Venezuela, Dióxido de Carbono a granel



Por Rafael Peñaloza - ANCA24





Uno de los problemas ambientales que preocupa a nivel internacional es sin duda alguna las emisiones de Dióxido de Carbono, ya que son unas de las importantes causas del cambio climático. Estas provienen de la quema de combustibles fósiles y procesos de producción industrial, que consumen combustibles sólidos, líquidos, gaseosos y de la quema de gas.



Dentro de la escena mundial, Venezuela ocupa el puesto 34, de 182 países, en cuanto a emisiones de Dióxido de Carbono, representando solo el 0,4% del total en el planeta. Comparado con el 24,3% de Estados Unidos, el 15,3% de la Unión Europea y el 14,5% de China. Ante esta inmensidad, el país suramericano no hace mayor peso en las negociaciones de cambio climático a nivel global, y sus obligaciones son mínimas con respecto a otros países.



Pero revisando detenidamente los indicadores relativos, estos revelan otra cosa. Venezuela emite más de 6 toneladas métricas de dióxido de carbono por persona, convirtiéndola en la de mayor emisión de CO2 per cápita de toda Latinoamérica, sobrepasando en las de 2 toneladas métricas a Argentina que se encuentra en segundo lugar. Y supera a otros países del mundo como Francia que emite 6 toneladas, Portugal con 5,47 toneladas, China con 4,96 toneladas y la India con 1,43 toneladas.



Esta situación tiene una sola causa: el subsidio estatal a los combustibles. Esta medida se tomó en consideración para motorizar la economía, lo cual hace más barato los servicios, pero trajo como consecuencia todo lo contrario, una mayor dependencia e improductividad. Esto acostumbró al venezolano a no valorar realmente lo que tiene y a no pagar el valor real de la energía.



Si a esto le sumamos que el Estado no parece estar interesado en revertir esta situación, ya que podría perder el control sobre aspectos de importancia en la economía y la política (recordemos la rebelión civil de febrero y marzo de 1989 causado por el aumento de la gasolina y el paro petrolero que dejo sin combustible a finales del 2002 y principios del 2003), no se vislumbra una situación favorable para el ambiente.



El panorama no queda completo si no se menciona el cierto agrado gubernamental en lo referente a la extracción del carbón, el gas y otros recursos primarios como propuesta económica para la comercialización energética.



El año 2010 representó para Venezuela una excelente oportunidad para poder revertir esta situación, producto de la crisis energética que causo el fenómeno de La Niña en el país. Contrario a lo que se esperaba, los venezolanos consumieron mucho mas electricidad, en tal medida que el gobierno ha debido aplicar planes de racionamiento y la aplicación de multas monetarias a los hogares que sobrepase los límites máximos de consumo.



En el 2011 la historia de los apagones se repite. Una mayor educación ambiental ciudadana, será la vía correcta para sensibilizarnos ante el despilfarro de nuestros recursos energéticos. El país requiere avanzar en buscar otras opciones energéticas limpias y alternas. Sólo así dejaremos el sitial nada honroso, de ser el mayor contaminador atmosférico del subcontinente.

martes, 2 de agosto de 2011

Latinoamérica: Dime como están tus ríos y te diré quién eres

Latinoamérica: Dime como están tus ríos y te diré quién eres
Por Lenin Cardozo
http://lenincardozo.blogspot.com/

El grado de civilidad de una sociedad o nación, se mide por la capacidad de generar bienestar a sus ciudadanos, protección a la niñez, a las personas adultas y discapacitadas y armonía con su entorno, incluyendo respeto a las otras formas de vida no humana. Otro indicador, son las condiciones de sus ríos, la forma de cómo coexisten con esas arterias naturales del agua dulce.

En la región, gobiernos nacionales y locales, van y vienen, más o menos con las mismas promesas civilizadoras. Adornadas con las frases características según la ideología que profesan. Pero lo que no han podido disfrazar o maquillar con aires esperanzadores, son esas venas abiertas de la América Latina, que están cada vez más taponadas por los desperdicios que a diario reciben. Allí, la realidad, supera toda ficción discursiva.

De los 100 ríos principales del subcontinente, la mitad están altamente impactados por la contaminación que en ellos se depositan. Su común denominador: receptores de aguas cloacales o servidas, agroquímicas, residuos químicos o petroquímicos, movilizadores de basura, cementerios flotantes de animales muertos, permanentes depósitos de cauchos vehiculares, chatarra, escombros, entre otros. Los que aun son utilizados como transporte fluvial, reciben la carga de los lastres o combustibles que los barcos o lanchas a diario expulsan. Y las posibilidades de regenerase o diluir con su caudal natural alguna de las sustancias que reciben, se imposibilita, debido a las múltiples represas que a lo largo de sus cursos son realizadas.

Siendo los más vulnerados, los ríos que cruzan las grandes urbes. Los mismos, terminan convirtiéndose en embauladas cloacas a cielo abierto de esos fashion lugares. Capitales supuestamente glamurosas, de imaginarias atmósferas “pacholí”, que ocultan su daño a la naturaleza, al saturar inmisericordemente sus ríos interiores.

Como cuesta creer que ciudades tan especiales como Buenos Aires, Córdova, Santiago, Bogotá, Caracas, entre otras, son atravesadas por ríos históricos y estos hoy, se han convertido en una especie de hijos no deseados, innombrables e ignorados, donde el colectivo de cada una de esas ciudades, en una repentina amnesia parcial, prefieren olvidar su existencia, antes que actuar y hacer los esfuerzos requeridos, para recuperar esos importantes ríos y de igual manera, reivindicar su real imagen de sociedad.

Mientras todo esto ocurre, el mundo cada vez está más lleno de sed y Latinoamérica con su mayor indiferencia, se tapa los ojos y oídos, ante el envenenamiento continuo de las pocas aguas dulces que aun disponemos.

Ríos severamente contaminados de América

México: Lerma, Rio Bravo, Suchiate

Argentina: Riachuelo, Reconquista, Suquia, Caracaña, Río de la Plata, Curaco, Colorado, Negro

Chile: Maipo, Biobío, Elqui, Loa

Colombia: Bogotá, Cauca, Magdalena

Brasil: Negro, San Francisco

Paraguay: Paraná, Paraguay

Venezuela: Guaire, Murillo

Perú: Ucayali

Costa Rica: Tarcoles, Virilla

EEUU: Mississippi, Grande, Tennessee, Ohio, Savannah, Delaware, Támesis, Rock, Amelia, Calcasieu, Ouachita, Mobile, Columbia, Genesee, Holston, Kansas, Brazos, Missouri, Hudson, Neches, Alabama, Wisconsin, Wabash, Blackwater, Cuyahoga, Patapsco, Kanawha, Susquehanna, Quinnipiac, Fenholloway, Cedar, Detroit, Androscoggin, Escatawpa, Pigeon, Cape Fear, Des Moines, Tombigbee, Willamette

Canadá: Red