martes, 29 de noviembre de 2011

NUESTRA REALIDAD VIAL

Por un mes más podría seguir cerrada la vía de La Cordialidad, que comunica a Cartagena con Barranquilla, por daños en el puente sobre la quebrada Molinero. INVIERNO El país está viviendo la peor tragedia vial en su historia: 11 carreteras nacionales colapsaron con el invierno, 33 secundarias tienen algún grado de deterioro y 2.600 tramos de vías rurales están destruidos. Pasarán más de cinco años antes de ver las nuevas megaobras.


Con la actual ola invernal empeoró la precaria infraes-tructura vial que tiene el país. La red troncal y rural de carreteras prácticamente colapsó y actualmente no hay un solo departamento que no tenga problemas en alguna de sus vías.

De norte a sur y de oriente a occidente, el transporte de carga por carretera hoy es un verdadero drama. Por todas partes hay cierres totales o parciales. Lo más grave es que este es el medio más utilizado para movilizar mercancías dentro del país y hacia los puertos con destino a la exportación. El ferrocarril prácticamente no existe en Colombia y la navegación fluvial, mucho menos.
El panorama es crítico. La situación más grave se presentó la semana pasada en el Alto de La Línea, la principal carretera para la movilización de carga del centro del país al puerto de Buenaventura. En el sector de Los Chorros, un derrumbe taponó la vía y generó un trancón monumental. Por esta carretera de 520 kilómetros se movilizan alrededor de 3.400 tractomulas que cargan cerca de 120.000 toneladas de las 400.000 que se mueven diariamente en el país.

El presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), Jaime Sorzano, explicó con un ejemplo el drama que ha vivido el sector con el cierre de La Línea. Una tractomula que normalmente recorre el trayecto Bogotá-Buenaventura en 18 horas, la semana pasada tardó 36. Con el cierre de la vía, los camioneros tuvieron que desviarse por Bogotá-Ibagué-Honda-Medellín-La Pintada y entrar al Eje Cafetero hasta llegar a Buenaventura. Es decir, el doble del recorrido: 1.044 kilómetros. Los costos, por supuesto, se duplican. Mientras por La Línea hay nueve peajes, que cuestan 265.000 pesos, por Medellín hay 17, por los que hay que pagar 516.200 pesos.

La otra alternativa para hacer este trayecto es la vía Manizales-Letras-Fresno-Mariquita, pero, según Sorzano, las condiciones son desastrosas.

Al final de la semana, el Ministerio de Transporte logró reabrir la vía, y aunque el ministro Germán Cardona asegura que ya está en condiciones normales para ser transitada, los transportadores de carga creen que el problema no se ha solucionado y temen que se vuelvan a presentar deslizamientos.

La ola invernal no ha dado tregua. En la costa atlántica ocurrió otro desastre hace una semana. En la vía de La Cordialidad, construida a mediados del siglo XX, que comunica a Cartagena con Barranquilla, se derrumbó el puente Molinero, lo que ocasionó el cierre de la carretera. Se estima que estará fuera de operación durante varias semanas.

Como si fuera poco, la vía La Vega-Villeta, en Cundinamarca, está bloqueada a causa del desprendimiento de tierra.

Para completar la caótica semana, se presentaron derrumbes en las vías Candelaria-La Plata-Laberinto (Huila), Medellín-Quibdó, Banco-Tamalameque-El Burro (Magdalena) y Belén-Paz del Río (Boyacá). A ello se han sumado 33 cierres parciales en varios departamentos.

En los Santanderes la situación es caótica. La vía Bucaramanga-Cúcuta está intransitable. El recorrido normal, que se hace en nueve horas, ahora se duplica porque hay que tomar un desvío. Y la carretera Bucaramanga- Barrancabermeja, fundamental para el transporte de combustibles, está prácticamente fuera de servicio.

No solo las vías nacionales están en estado crítico. Las carreteras rurales están en peor situación. Según el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, 2.600 tramos de la red terciaria (que une las veredas con los municipios) colapsaron con el invierno o se encuentran en mal estado. Por su parte, el 60 por ciento de las vías secundarias requieren mantenimiento y el 28 por ciento, mejoramiento y ampliación.

Estas vías son fundamentales para mover los productos agropecuarios hacia los centros de comercialización. Por el invierno, muchas de estas carreteras veredales se han convertido en auténticos lodazales y es imposible transitarlas.

Lo insólito es que el gobierno anterior invirtió cerca de 2 billones de pesos, a través del Plan 2.500, en la pavimentación y mantenimiento de la red secundaria y terciaria. Los pobres resultados de este plan radican, según el ministro de Transporte, en la forma como se diseñó. Las obras se adjudicaron a las propuestas más baratas, en detrimento de la calidad. En la mayoría de los casos no se hicieron diseños previos. En total se adjudicaron 525 contratos y todavía hay obras paralizadas. Por incumplimiento y caducidad de los contratos, el Ministerio enfrenta 33 procesos legales.

La situación es muy delicada: está en juego el abastecimiento de alimentos para el país. De nada sirve producir comida si no hay por dónde sacarla a los puntos de comercialización. Juan Camilo Restrepo dice que están saliendo los alimentos pero a costos más elevados por el aumento de los fletes. "Hay que invertirles más y más a las vías terciarias. Este también es uno de los retos para los Tratados de Libre Comercio", dice. Para el año entrante, el gobierno asignó, en el presupuesto, 400.000 millones de pesos para la atención de la red terciaria de vías.

El lamentable estado de las carreteras colombianas tiene a todo el país alarmado. Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultura de Colombia (SAC), dice que esto es lo más crítico que ha visto y que está afectando a productores, transportadores y consumidores. "Sacar los productos de las fincas, ya sea para comercializarlos dentro del país o para llevarlos a los puertos para la exportación, es tan costoso en Colombia que nos hace menos competitivos".

El problema es que Colombia entró en una nueva era del comercio exterior. Con varios TLC ya vigentes, otros próximos a entrar y unos más en negociación, el país se enfrenta al mayor reto comercial de su historia.

Pero los temores son muy altos. En el puerto de Buenaventura, a donde llegan 15 millones de toneladas en productos -que equivalen a la mitad de las exportaciones totales del país-, el corredor férreo solo mueve el 2 por ciento de la carga. El transporte terrestre sigue siendo la única salida y, con el cierre de La Línea, la dificultad para llegar al Pacífico se ha acrecentado.

El caso de Buenaventura es solo un ejemplo de la difícil tarea que le espera al país para enfrentar el crecimiento del comercio exterior. Y en varias regiones hay otros retos igual de importantes: la Ruta del Sol, la doble calzada Bogotá-Girardot, los problemas viales en Santander, Antioquia y el Eje Cafetero, entre otros.

El Consejo Privado de Compe-titividad, que preside la economista Rosario Córdoba, señaló que si Colombia quiere una verdadera transformación productiva, tiene que contar con una infraestructura básica adecuada. El problema es que el país está a años luz de lograrlo: según la clasificación del Foro Económico Mundial (FEC), ocupa el puesto 108 entre 142 países por la calidad de la infraestructura.

El reto es inmenso. No solo hay que reconstruir lo que ha dañado el invierno, sino comenzar las verdaderas megaobras que necesita el país. Es hora de pensar en grande, como dice el ministro de Transporte: hacer túneles, viaductos y construir una infraestructura que les permita a las mercancías llegar a los puertos con eficiencia. Y lo grave es que antes de cinco años no se verán las grandes obras, porque no se construyen de un día para otro. España y Chile se demoraron casi 30 años para modernizar su infraestructura. Definitivamente, no hay más tiempo que perder

jueves, 17 de noviembre de 2011

EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO Y EL AGRO COLOMBIANO

EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO Y EL AGRO COLOMBIANO: Doce estrategias para ser competitivos.Johana Castillo Gómez Editado por Juan Esteban Amaya Muñoz


INTRODUCIÓN


Los tratados de libre comercio, o acuerdos comerciales entre naciones se han convertido en la vía obligatoria para enfrentar las crisis comerciales y a la necesidad de ampliar la oferta de ciertos sectores, así como también la de aplicar nuevas estrategias para ser competitivos en un mercado que no se conoce en su totalidad y que si bien ofrece oportunidades, también ofrece grandes retos.


El sector agrario es uno de los más afectados en estos procesos, dado a que es donde reposa la mayoría de productos de mayor demanda en el mundo entero, por tanto las naciones que son eminentemente agrícolas, son las que tienen mayor cabida en los acuerdos comerciales donde se bajan o anulan las tasas arancelarias de manera gradual, como es el caso de Colombia en el Tratado de Libre Comercio TLC con Estados Unidos.


Para Colombia puede mirarse como una oportunidad de avanzar en la reestructuración de las políticas con el manejo del sector agrario, así como también el aprovechamiento de los recursos que se poseen, pero también es un riesgo para los productores más pequeños, quienes de no hacer cambios estructurales y de no recibir la asesoría del Estado se verán en serias dificultades a la hora de producir y comercializar sus productos.


La expectativa de una aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos ha sido tal, que incluso ha sido tema de debate de los gobiernos de Alvaro Uribe Velez y el gobierno actual de Juan Manuel Santos. Al respecto se ha dicho mucho e incluso se pensaba que si llegaba Obama a la presidencia el tema para Colombia sería resuelto y es lo que ha sucedido recientemente.


También se habla de los diversos campos de la economía en los cuales se verá el impacto, tales como, sector minero, sector automotriz, sector intelectual, las comunicaciones, sector textil y el sector agrícola entre otros al cual es el que me dirijo en este esbozo que parte de los análisis de expertos en el tema. Los acuerdos de libre comercio entre una o varias naciones una vez aprobado tiene como finalidad el tráfico comercial con bajas tasas, o sin tasas arancelarias, su resultado, o al menos el esperado es la libertad comercial de los sectores productivos entre las naciones que han hecho dicho acuerdo.


Los beneficios directos e indirectos pueden darse según sea el flujo comercial y las características del mercado tales como: Las políticas de planeación estratégica de las empresas. las cuales tienen baja aplicación en las empresas agropecuarias, salvo los grandes gremios como Avidesa. S. A. quien exporta los miembros inferiores de los pollos a la China. En el sector agrario el esfuerzo por la tecnificación se ha visto menguada por las problemáticas sociales cuyo manejo aún deja mucho que desear, a manera de ejemplo la reparación de víctimas del conflicto armado, el manejo de la población desplazada y la reposición de tierras. La igualdad de condiciones competitivas entre productores de bienes y servicios. Al respecto el asunto se hace complejo, aunque es importante tener en cuenta que hasta en los Estados Unidos tampoco se cumple el subsidio del agro a los pequeños productores. Novoa (2005)


La ejecución del acuerdo de manera progresiva. Lo que puede ser un arma de doble filo para los países latinos, ya que dado a nuestras normas sociales y culturales entre más plazo menos condiciones de mejoramiento y proactividad.


Respeto de las políticas públicas internas de las naciones. Condición que de manera sutil va siendo incumplida por políticas de seguridad ante conflicto armado, como bases militares con presencia de tecnologíay personal extrangero, las cuales van dejando impacto social a largo plazo.


La resolución de discrepancias comerciales. En el que el gobierno hace un papel importante a la hora de legislar frente a las condiciones comerciales internas y externas. El valor agregado de los productos como bienes y servicios. El cual tiene un bajo reconocimiento en el producto agrícola colombiano, pues depende de mejoramiento de especies externas realizadas en otros países, como es el caso de las flores, con mercados holandeses, ecuatorianos y costaricences. lo que no permite que sea un producto diferenciado, es decir pierde su valor agregado, situación similar con el maíz y el arroz. Tenjo y cols; (2006) Ahora bien, será qué para la actualidad dicho problema ya ha sido resuelto.


La ruptura o simplificación de los tramites comerciales. Situación que ha de ser transversalizada no solo en las áreas comerciales, sino también las jurídico legales.


El envío de mercado y la promoción del mismo. implica avance cultural y social en el tema del mercadeo nacional e internacional, así como los sistemas de publicidad cibernéticos y en otros medios como radio y TV La adaptación legislativa tributaria Las políticas de cuidado ambiental. En este tema poco se ha avanzado y la exigencia de los mercados internacionales es cada vez mayor, el mercado de las flores vuelve a ser un ejemplo, pues ciertos insumos se permite usar el el cultivo de la misma. Tenjo y cols; (2006)


El bienestar laboral en a la calidad de la seguridad social y de los servicios públicos. En el cual nuestros campesinos pertenecen al régimen subsidiado y por condiciones sociales y culturales tienen bajo uso de los servicios.


Y la disponibilidad agraria, financiera y comercial. esto en cuanto a subsidios agrarios para facilitar la producción agropecuaria. En lo cual se ha ido avanzando con proyectos de ley rurales.


Según Martínez (2007) en un Tratado de Libre Comercio TLC, gana el más fuerte, eficiente y el que esté más preparado, si conjugamos esto con las condiciones actuales en cuanto a las políticas de planeación estratégica de nuestras empresas agropecuarias, el proceso avanza a pasos lentos, cuando la Unión Europea y los Estados Unidos entraron en estas lógicas hace ya unos 20 años a partir de momentos históricos como la caída del muro de Berlín y la ruptura de la antigua Rusia y la caída del capitalismo ya hace más de tres decenios o cuatrenios.


La planeación estratégica entonces supone una organización de las empresas para ser más competitivas en los mercados tanto nacionales como internacionales, así como la ejecución de sistemas de calidad, tales como OHAS, ISO y TOYOTA, esta última aplicada recientemente en Argentina. Implica también la proyección en cuanto a crecimiento de las organizaciones y la capacidad para ofrecer bienes y servicios de mayor calidad y en mayor cantidad, con el objeto de abastecer el mercado interno y externo. Actualmente en Colombia cursa el proyecto de Desarrollo Rural inaugurado el 29 de septiembre de 2011 por el presidente Juan Manuel Santos, el cual en parte mitiga un poco la desigualdad entre productores agrícolas a nivel interno y ahora en relación con el TLC. El proyecto tiene cuatro objetivos según Santos (2011)


Compilar, articular y actualizar la normatividad que existe en el país sobre suelo y tierras, incluyendo mecanismos para que el Estado recupere tierras baldías fiscales de la Nación y para facilitar el acceso a tierras de la población campesina. En este inciso también sería oportuno tener en cuenta como parte del proyecto de ley no solo la recuperación de dichas tierras, sino el mejoramiento de las vías de acceso a las mismas.


Ordenar el uso del suelo para ampliar reservas forestales, para proteger toda la cobertura boscosa que tiene el país, y para aprovechar nuestro potencial en materia de cultivo de alimentos.


Regular el acceso a la propiedad de la tierra. Según Santos (2011) incluye tierra para el que no la tiene, a pequeños productores y campesinos, acceso a servicios financieros, asistencia técnica, sistemas de riego y vivienda rural. Lo cual habría sido un buen inicio como preparación al TLC hace unos diez años, pero de igual manera es un alivio temporal a la crisis del agro en Colombia, después de Agroingreso seguro.


Garantizar que la gente del campo tenga acceso a bienes públicos rurales Lo anterior supone disponer de todo un andamiaje comercial, el cual en Colombia apenas se está gestando y eso en las grandes factorías y gremios económicos, los sectores más pequeños se verían afectados y obligados a agremiarse y organizarse lo que ya les representa grandes costes de inversión y ni que decir con el pequeño agropecuario de pequeñas explotaciones agrícolas unifamiliares, el cual va a ver como sus productos no tienen manera de competir con los de grandes gremios, en cuanto a calidad, costo y beneficio mismo, situación que se vive ya en los mercados internos y que también dependen de condiciones culturales y sociales, la baja formación académica de nuestros campesinos y en algunas zonas del país la presencia de actores del conflicto armado.


De otra manera conviene dar una mirada más meticulosa en donde se hallan condiciones de competitividad menores en cuanto a la rotación de productos, la cual es mayor en los Estados Unidos, pues comparativamente, una familia colombiana promedio tiene su misma lavadora durante años. Novoa, (2005) Y aunque esta publicación ya tiene unos años la situación aplica actualmente, ya que sus prácticas de manufactura permiten la producción a gran escala y la apertura de empresas de manera vertiginosa, al igual que con el mercado agrícola, si bien son unos renglones solamente su producción es mayor y de mejor calidad gracias al gran avance tecnológico, en el cual a relación estamos a 20 años de atraso.


Colombia tiene una gran oportunidad la especialización en productos tropicales, pero tiene en el café un triste antecedente siendo este el principal producto de la economía agrícola colombiana que ocupa en la actualidad el 30% de la fuerza del trabajo rural y el 8% del empleo nacional y el 18% del área cultivada.


La afectación del TLC a toda la agricultura Colombiana es indudable. Lo comprueba el mismo gobierno ya que la producción para el mercado interno (Arroz, maíz, soya, cereales. En general para, frijol o otras leguminosas, algodón, panela, frutas y algo de aceite de palma), indica que es mayoritario y poca tecnificación frente al sector dedicado con prioridad a las exportaciones (Cultivos tropicales, como banano, café, plátano, azúcar, flores, y algunas frutas tropicales) y el sector pecuario (ganado, carne, leche, avicultura). Por tal motivo se ha programada la desgravación de aranceles con un plazo de 18 años con el fin de salvaguardar el impacto mismo de importaciones y exportaciones. Así como el aumento de cuota de participación en el mercado de los Estados Unidos, en confitería y chocolatería de uso industrial, la cual seguramente retornará en otra confitería de menor valor y mayor calidad que la nuestra. De esta manera la situación del TLC en Colombia se muestra como un proceso importante para los grandes gremios exportadores e importadores más no para las PYMES, especialmetne las que están en el sector agrícola. Sigue un camino arduo para recorrer y unas 12 características del sector para fortalecer.


CONCLUSIONES


El sector agropecuario ha de acentuar sus esfuerzos en la mejora de sus productos para hacerlos más competitivos en el mercado internacional, por medio de reformas que permitan consecución de créditos, mejoramiento de las semillas y las especies, procesos limpios de producción y un mercadeo agresivo que permita hacer llegar sus productos a los mercados.


El gobierno colombiano deberá implementar nuevos proyectos de ley para el sector agropecuario que permita a los pequeños productores tener acceso a tierras, asistencia técnica y mejoramiento de los servicios públicos.


Ha de mejorarse en cuanto al ingreso salarial del campesino y la seguridad social del mismo, que permita niveles óptimos de satisfacción revertidos en mayor y mejor productividad del mismo.


La puesta en marcha del TLC con Estados Unidos es la vía de aprendizaje para la apertura de nuevos mercados con otras naciones y grupos comerciales de todo el mundo, tales como La Unión Europea, China y Australia.


BIBLIOGRAFÍA


Martínez; M (2007) El Perú y las dos caras del TLC. [Documento electrónico] Revisado el 6 de noviembre de 2011 http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/barometro_economico/newsid_4915000/4915384.stm


Novoa, S. J (2005) Tratado de libre comercio - TLC - y derechos humanos. [Documento electrónico] Revisado el 6 de noviembre de 2011. En: http://www.usergioarboleda.edu.co/tlc/tlc_derechos_humanos.htm


Revista Internauta de Práctica Juríidica. Volúmen 19. Enero - junio de 2007 [Documento electrónico] Revisado el 6 de noviembre de 2011. En: http://www.ripj.com/art_jcos/art_jcos/num19/RIPJ_19/EX/19-13.pdf


Santos; C. J. M. (2011) IBases del proyecto de ley de Desarrollo Rural. [Documento electrónico] Revisado el 6 de noviembre de 2011 En: http://www.fedearroz.com.co/noticias_list.php#


Tenjo y cols; (2006) Comportamiento reciente del sector floricultor colombiano 2000 - 2005. [Documento electrónico] Revisado el 6 de noviembre de 2011 En: http://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra363.pdf



Tratado de Libre Comercio Colombia - Estados Unidos. (2005) [Documento electrónico] Revisado el 6 de noviembre de 2011 En: http://www.sice.oas.org/TPD/AND_USA/Studies/COLResumen_s.pdf