martes, 27 de septiembre de 2011

CONGRESO MUNDIAL DEL AGUA

PERNAMBUCO, BRASIL – Este es "el momento de darle una oportunidad al agua", dijeron los expertos internacionales que abrieron el telón a una serie de conferencias y talleres en donde se conocerán experiencias exitosas en el manejo sostenible del recurso hídrico.

En Porto do Galinhas, Pernambuco, como escenario, se inauguró la XIV Conferencia Mundial del Agua de la Asociación Internacional de Recursos Hídricos (International Water Resources Association, IWRA, según su sigla en inglés) en donde expertos, científicos, periodistas y algunos funcionarios públicos pondrán sobre la mesa del debate los proyectos medioambientales para la utilización sostenible del agua.

En esta edición los temas centrales giran alrededor de la adaptación de la gestión del agua, recursos acuáticos y cambio global, gobernabilidad y leyes del agua y sistemas de conocimiento para extender las redes de conocimiento en las investigaciones referentes a este recurso natural.

En la conferencia inaugural titulada El futuro del agua en un mundo cambiante, se advirtió de un futuro encaminado con el actual ritmo de crecimiento pondrá el riesgo la conservación del vital líquido. De tal modo, el concepto tradicional del consumo de agua debe ser cambiado, y que "la utilización de los recursos hídricos debe ser más efectiva".

En ese futuro incontrolable, el 70 por ciento de la población vivirá en megaciudades, y para construir esas enormes residencias de concreto se utilizarán millones de litros de agua. Recurso que, además, no será renovado.

Para revertir ese desalentador futuro, expertos recomiendan tomar acciones urgentes, tales como incorporar en las legislaciones de los países el Derecho del Agua -reconocido como tal por las Naciones Unidas en 2010-, conectar a las poblaciones marginales a los sistemas de agua y sistemas sanitarios, además de impulsar lo que llamaron la "hidrodiplomacia" para hacer presión en las altas esferas de la administración mundial sobre la necesidad de atender las investigaciones sobre el manejo sustentable del agua.

La cita

Delegados de alrededor de 50 países se congregan en el Congreso. Durante la sesión formal del 26 al 29 de septiembre, habrá aproximadamente 100 reuniones, entre foros, conferencias, simposios y una exhibiciones tecnológicas.

Una de las actividades que destacan dentro del programa está la presentación de dos sesiones impulsadas por la Iniciativa de Cambio Climático y Agua del IDRC las cuales versarán sobre el derretimiento de los glaciares de los Andes y el Himalaya y otro sobre experiencias de ciudades de América Latina y el Caribe al cambio climático mediante el uso de los recursos energéticos, tales como el tratamiento de aguas residuales, generación de energías limpias, etcétera.

Sobre el congreso

La Conferencia Mundial del Agua, es una cita que cada tres años reúne a expertos internacionales de diferentes instituciones que desarrollan proyectos para conservar el recurso hídrico.

Organizado por la IWRA, el Congreso sirve como una plataforma para intercambiar puntos de vista sobre la administración de los recursos hídricos y la estrategia para su utilización, así como otros asuntos técnicos relacionados.

La idea nació en 1973 y la primera edición se realizó en la ciudad de Chicago, Estados Unidos. Ha pasado por urbes como Nueva Delhi (India), México DF (México), Buenos Aires (Argentina), Bruselas (Bélgica), Otawa (Canadá), Rabat (Marruecos), El Cairo (Egipto), Montreal (Canadá), Melbourne (Australia), Madrid (España) y Montpellier en Francia. Esta es la primera vez que se realiza en una ciudad brasileña.

martes, 20 de septiembre de 2011

Los japoneses construyen una ciudad autosuficiente

Los japoneses construyen una ciudad autosuficiente. Y hay otro gran proyecto en Emiratos Árabes.
La ONU anunció el pasado miércoles que la población mundial llegará a 7.000 millones en octubre y buena parte de estas personas habitarán zonas urbanas que demandarán una mayor producción de alimentos, cada vez consumirán más energía y continuarán generando enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2), lo que acelerará cada vez más el cambio climático en el planeta.

Ante esta realidad, que no es nueva, son cada vez más las iniciativas 'ecosostenibles' en las que los sectores público y privado unen esfuerzos y recursos en la búsqueda de un estilo de vida que garantice en el futuro la viabilidad de la sociedad y el planeta.

De eso se trata el proyecto Fujisawa Sustainable Smart Town (en español, Fujisawa pueblo inteligente y sostenible), que llevarán a cabo la compañía japonesa Panasonic, el Gobierno japonés y ocho empresas que desempeñarán distintos roles, a partir del 2013.

La iniciativa pretende crear un modelo de ciudad extrapolable a otras partes del Japón y del mundo que requiera de una mínima parte de energía eléctrica producida a gran escala, como la térmica, la nuclear o la hidroeléctrica.

El proyecto, que estará listo en el 2018 y que se expuso durante la feria de tecnología IFA, de Berlín, cubrirá una zona de 19 hectáreas en la ciudad de Fujisawa, de 400.000 habitantes y ubicada a 50 kilómetros de Tokio.

En total, se construirán 1.000 viviendas y pequeños edificios, que albergarán a 3.000 personas. Para la generación de electricidad, cada casa contará con su propia 'minicentral' de energía.

Serán dos las fuentes de electricidad: páneles fotovoltaicos (de luz solar) ubicados en el techo de las viviendas y una celda generadora de energía creada por Panasonic y Tokyo Gas, capaz de reducir las emisiones de CO2 entre 35 y 48 por ciento.

Asimismo, todos los elementos de la casa estarán pensados a partir de la eficiencia energética, según lo explicó el director de Panasonic para América Latina, Hidetsugu Uji.

Ahora bien, esta iniciativa no se queda solo en la buena intención: la idea de las compañías que intervienen es que tanto los dispositivos usados como el concepto se puedan convertir en artículos de consumo (como los bombillos LED) y en paradigma de las ciudades del futuro.

Abu Dhabi
Masdar, una vida sin CO2

El estudio del popular arquitecto británico Norman Foster ideó el más ambicioso proyecto de ciudad autosostenible de la historia en Abu Dhabi, Emiratos Árabes. Masdar, la primera ciudad ciento por ciento ecológica del mundo y ubicada en medio del desierto, se construye desde el 2008 y estará lista en el 2016. Se abastecerá de energía solar y su objetivo no es solo ser sostenible, sino autoabastecerse de alimentos. Albergará a 50.000 personas.

Por su parte, el Vaticano instalará una planta fotovoltaica (páneles de luz solar) de 100 megawatts para abastercerse de energía eléctrica. Esto lo convertirá en el primer Estado alimentado exclusivamente por energía solar.

Aquí mandan las hidroeléctricas
En La Guajira hay antenas de comunicaciones que usan luz solar

Las iniciativas para utilizar energías alternativas en el país no se han desarrollado a gran escala, en parte por la abundancia de recursos hídricos y una legislación que apunta a estos como principal motor de la producción energética, comentó un representante del Ministerio de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Ahora bien, cerca de Uribia y Manaure, en La Guajira, está ubicado el parque eólico Japirachi. En este departamento, la compañía Huawei instaló antenas para comunicaciones móviles que son alimentadas por energía solar, una solución útil para zonas apartadas.

Felipe Castro Cervantes
Redactor de EL TIEMPO

martes, 13 de septiembre de 2011

Nace el primer mercado de CO2 en Colombia

Nace el primer mercado de CO2 en Colombia
Por: Redacción Vivir

A través del apoyo a proyectos forestales se espera que en la primera etapa se capturen 464.000 toneladas de carbono.




En tres años, si todo sale como está planeado, se vendería en Colombia el primer bono de carbono dentro del mercado voluntario creado con aportes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Natura, la Bolsa Mercantil de Colombia y la Cámara de Comercio de Bogotá.
Con una bolsa inicial de US$10,5 millones se espera que en la primera etapa se lleguen a negociar 371.200 Certificados de Reducción Verificada de Emisiones (VER, por sus siglas en inglés), que equivalen a 464.000 toneladas de CO2. La misma cantidad que emiten al año 81.000 automotores.
La idea, como lo explica Roberto León Gómez, subdirector de Desarrollo Local de la Fundación Natura y coordinador de la iniciativa, es que las empresas colombianas que no tienen la obligación legal de pagar por sus emisiones lo hagan a través de la compra voluntaria de bonos. Estos aportes permitirán que en distintas zonas del país se fomenten proyectos forestales que capturen el carbono disperso en la atmósfera.
Pero León Gómez aclara que no se trata solamente de que las empresas paguen por el impacto que tienen sus actividades en el medio ambiente. La iniciativa va más allá. Aquellas que estén dispuestas a comprar bonos tendrán que comprometerse con estrategias de mediano y largo plazo que apunten a una mayor eficacia y a reducir su impacto ambiental.
En cuanto a los proyectos forestales, que podrán participar en la venta de bonos, se les dará prioridad a los que provengan de bosques naturales o plantados (no plantaciones comerciales). También proyectos silvopastoriles con buenas prácticas de manejo ambiental.
“Se trata de la creación de un mercado de carbono gourmet”, explica León Gómez, “queremos apoyar proyectos que además de capturar toneladas de CO2 también ofrezcan beneficios sociales a comunidades que por lo general no pueden participar de estas iniciativas”.
En los próximos 10 años las toneladas capturadas a través del naciente mercado podrían llegar a ser de seis millones. Una cifra nada despreciable si se piensa que el país arroja a la atmósfera 180 millones de toneladas en promedio. Aunque sin olvidar que Colombia tan sólo representa el 0,2% de las emisiones globales de CO2.
Para Sebastián de los Ríos, asesor de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Medio Ambiente, “la iniciativa tiene un enorme potencial, pues es paso importantísimo para consolidar un marco instrumental que permitirá definir las reglas de juego y los incentivos de mercado necesarios para que los diferentes actores puedan desarrollar un mercado de carbono”